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Miedo a una fuga masiva de dinero en las bolsas por el temor a que Estados Unidos entre en crisis

Miedo a una fuga masiva de dinero en las bolsas por el temor a que Estados Unidos entre en crisis
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El susto en la Bolsa del lunes se atemperó ayer, si bien el Ibex 35 no fue capaz de rebotar y acabó con una ligera caída del 0,33%. Públicamente, la mayoría de firmas de análisis llaman a la calma y aseguran que no es más que una corrección después de la excesiva subida previa. Pero en privado empieza a cundir el miedo a que venga una crisis importante y una salida masiva de dinero del mercado.

Así lo aseguran diversos gestores de fondos de inversión y estrategas de bancos españoles, que hablan bajo condición de anonimato. A su juicio, estas caídas pueden ser inicio de algo mucho más grave (una tendencia bajista o al menos una corrección profunda) porque hay muchos inversores pensando en salir del mercado.

El principal argumento para esta huida de la Bolsa es la situación de la economía en Estados Unidos, donde la Reserva Federal se enfrenta a un dilema diabólico: «Si no baja los tipos de interés, la economía puede entrar en recesión; pero si los baja, corre el riesgo de que la inflación se dispare», sostiene uno de los expertos consultados.

Tras el ‘lunes negro’, el mercado de futuros de la Reserva Federal prevé entre cuatro y cinco recortes de tipos de aquí a finales de año, es decir, que bajará tipos en todas las reuniones que quedan. Además, concede probabilidad significativa de un recorte de 50 puntos básicos para iniciar el ciclo en septiembre. Pero, si se cumple ese cambio drástico de opinión del mercado (que hasta ahora sólo esperaba dos rebajas, o como máximo tres), puede tener consecuencias sobre la inflación, como se ha dicho.

Eso se traduce en incertidumbre sobre qué va a ocurrir con el precio del dinero en Estados Unidos. Y la incertidumbre es lo que más odia el mercado, porque no sabe cómo posicionarse. Lo cual suele traducirse en adoptar la posición más prudente -el dinero es miedoso por naturaleza-, que es salir de la Bolsa.

Otro profesional del mercado añade que «empieza a haber cierto runrún de que Estados Unidos puede afrontar una crisis de deuda si no reduce su déficit público», y que justamente está ocurriendo lo contrario al ser año electoral. «Y si gana Donald Trump, como parece, con sus promesas de más gasto y rebajas de impuestos, la situación puede empeorar todavía más».

“El temor al crecimiento no se limita a Estados Unidos. La debilidad de los datos mundiales se suma a las preocupaciones, con unos PMI débiles en Asia y unas esperanzas de estímulo en China que se desvanecen una y otra vez. […] Si a esto le añadimos algunas preocupaciones geopolíticas -las crecientes tensiones bélicas entre Irán e Israel- y una carrera cada vez más reñida por la Casa Blanca en Estados Unidos, nos encontramos ante una auténtica corrección del mercado de renta variable”, explica -éste sí públicamente- Jack Janasiewicz, de la gestora Natixis.

Cambio de sentimiento

Estos temores pueden traducirse en una salida masiva de dinero de las Bolsas que retroalimentaría las caídas. Janasiewicz concluye que «los mercados mundiales de renta variable se tambalean. Una confluencia de acontecimientos parece haber llegado a su punto álgido, forzando un cambio brutal en el apetito por el riesgo».

Ése es el verdadero peligro: el cambio de sentimiento de los inversores. Por mucho que no haya factores suficientemente fuertes para justificarlo, si cunde el pánico, todo el mundo vende. Y aunque después llegue la recuperación, la caída puede ser tan profunda que los índices tardarían mucho en recuperar los niveles máximos que alcanzaron en junio.

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